Los campesinos de Carrizalillo exigen que la minera Equinox Gold sanee las tierras donde sembraban. Su mina a cielo abierto contaminó todo
La tierra está herida de muerte. La han lastimado con barrenos, dinamita y enormes garras de acero. En Carrizalillo, Guerrero, penetran la tierra para sacar de sus entrañas el oro que enriquece a la minera Equinox Gold, trasnacional de origen canadiense.
Las parcelas quedaron enterradas, ya no hay maíz ni milpa [frijol, chile calabaza] para muchos ni agave para las mezcaleras. Los pobladores que todavía viven en este ejido traen sus alimentos de fuera. También se ha limitado la cría de chivos, vacas, gallinas. Los 13 manantiales que había desaparecieron por los bancos de minerales, no hay agua potable, la que alcanza a circular, relatan los habitantes de esta comunidad, está contaminada con arsénico. Habían ofrecido dotar a la población de agua segura y nada.
La contaminación provoca un picor en la piel, la garganta está seca, los ojos están irritados. Un camión cargado con briquetas de cianuro, el veneno que sirve para extraer oro y plata de las rocas, ya que se une fácilmente a los metales y permite separarlos del resto del material.
Hace dos décadas, en 2005, los extranjeros llegaron a decirles a los ejidatarios que ya tenían todo el apoyo del gobierno [entonces encabezado por el panista Vicente Fox Quesada] y el permiso para explotar sus tierras, que aún así, serían considerados y les comprarían sus campos, la supuesta bondad era un abuso enmascarado.
Hombres y mujeres les creyeron. Luego, uno grupo de jovenes campesinos comenzó a investigar, descubrieron el engaño y recuperaron las tierras en 2007. Inició el proceso de negociación con la minera, entonces llamada Gold Corp, prometieron desarrollo y progreso. Los dejaron entrar, rentaron las parcelas, se ofrecieron empleos, inversión social…
No somos un pueblo antiminero (pero se lo están llevando todo)».
Ejidatario de Carrizallilo
Uno, dos, tres… 140 metros de tierras lixiviadas con cianuro para sacar oro, según, lo que les reporta la compañía. Oro, plata y cobre, dicen los lugareños. Así se han ido tallando las capas de tierra a través de los años por tres trasnacionales Goldcorp, Leagold Mining y Equinox Gold, todas conectadas por Desarrollo Minero San Luis. El panorama es desalentador con el tajo a cielo abierto y la pérdida de su economía, por las dos vías las familias pierden.

Voces desde el ejido
La comunidad de Carrizalillo, antes dedicada a la agricultura y ganadería, ha visto cómo su paisaje se transforma por completo desde que la minería a cielo abierto llegó en 2005.
“Rentar la tierra ya no es negocio para nosotros”, afirma uno de los representantes del ejido. Y no lo dice por capricho. Hacen cálculos frente a frente: 2.5 onzas de oro por hectárea al año. Una cifra que parece alta, pero que palidece frente al valor real de lo que se extrae. Solo en 2024, la empresa sacó 170 mil 369 onzas de oro, dice su portal de internet.
La fórmula de pago está anclada al precio internacional del oro y del dólar. Antes, el acuerdo era que se pagarían 4 onzas por hectárea, aumentando cada año. En 2023, se pagaron 6.69 onzas. Hoy, la empresa propone regresar a 2.5. El ejido lo ve como un retroceso inaceptable.
“No somos antimineros. Sabemos que este es un negocio rentable, lo único que pedimos es justicia”, reiteran. Alegan pérdidas. Hablan de que el costo por onza ha subido. Que la operación ya no es viable.
Sin embargo, la empresa proyecta una planta nueva. Invierten en infraestructura. Calculan que hay cinco millones de onzas más bajo tierra. ¿No que no era rentable?, se escucha en una de las asambleas realizadas para tomar acuerdos en común.
A la par de los números, está el costo humano. Las tierras de cultivo han sido contaminadas. “Ahora tenemos que comprar lo básico”, dice uno de los ejidatarios.
Ya no hay agua, los manantiales se secaron o fueron tomados por la empresa”
Campesino
El agua que llega al pueblo viene de un pozo contaminado con arsénico. Se ha visto cómo las madres tienen partos prematuros; la afectación ya es generacional. Los niños nacen con malformaciones, dice una de las ejidatarias. El ganado ha llegado a morir tras beber agua contaminada con el químico tóxico.
En 2019, se firmó un acuerdo de seis años que incluía convenios de colaboración social: despensas, becas, medicinas. Con el cambio de directiva en la mina, se vinieron abajo los acuerdos. Los campesinos que se habían convertido en empleados de la minera comenzaron a perder sus empleos. Expulsaron a 200 recientemente. Ni mina ni tierras.

El cinturón dorado
El plazo se agotó. El 31 de marzo de 2025 venció el ultimátum: aceptar alquilar las tierras al precio más bajo o enfrentar el cierre de la mina. Mientras tanto, el tejido social se resquebraja. Las comunidades vecinas, como Mezcala y Xochipala, han aceptado el mínimo. También hay amenazas contra quienes resisten la avaricia minera.
El yacimiento de oro de Carrizalillo es altamente codiciado. La descripción de la propia minera deja ver que “el Complejo Minero Los Filos se encuentra en la Faja Aurífera de Guerrero, cerca del centro de una extensa formación circular de aproximadamente 200 km de diámetro conocida como la cuenca sedimentaria Morelos-Guerrero”.
Es decir, Carrizalillo forma parte de los ejidos comprendidos dentro del llamado Cinturón de Oro de Guerrero, al que se integran los municipios de Telolapan, Arcelia, Cocula y Eduardo Neri.
“Esta cuenca consiste en una gruesa secuencia de rocas carbonatadas y arcillosas de plataforma mesozoica. La mineralización identificada en la propiedad Los Filos es típica de depósitos de skarn de oro y plata relacionados con intrusiones…”, expone.
En su lenguaje técnico, la minera describe depósitos circulares y mineralización típica de skarn, pero lo que esas palabras esconden es la destrucción sistemática del territorio: “Los stocks de Los Filos forman dos depósitos circulares, cada uno de aproximadamente 1.5 km de diámetro, con mineralización concentrada a lo largo de los contactos con las rocas anfitrionas.
El stock Bermejal-Guadalupe presenta una forma oblonga de más de 5 km de longitud, con el depósito Bermejal en el extremo norte y el depósito Guadalupe aproximadamente a 2 km al sureste de Bermejal; el stock continúa más al sureste hasta el depósito San Pablo. La oxidación extensa y profunda de los depósitos (ocurrida durante la mineralización) ha alterado la mineralización, lo que permite su recuperación mediante técnicas de cianuración sin necesidad de pretratamiento por tostación u otros métodos”, explica la minera canadiense.
Todo esto ha sido blanco de la ambición trasnacional, Carrizalillo que llegó con el expresidente Vicente Fox. El documento Minería en México: Panorama Social, Ambiental y Económico, deja ver:
Para las comunidades campesinas de Mezcala, la intensificación de la extracción minera desde el 2005 significó un profundo y conflictivo proceso de transformación social, económica y cultura»
Panorama Social, Ambiental y Económico
Los cambios los provocaron «la rápida y agresiva intervención de Goldcorp, que impulsó acciones de apropiación territorial, en especial por el control sobre la tierra, el subsuelo y el agua. Ello generó un largo conflicto socio-ambiental de 16 años, el cual ha tenido como resultado el aumento de la desigualdad socioeconómica en los habitantes de la zona, la inserción de la violencia en la vida cotidiana, con niveles y formas de agresiones nunca vistas por las población campesina del lugar, así como una devastación ambiental causada por los enormes tajos mineros y los tanques de lixiviación, que destruyeron la superficie, modificaron los cauces naturales del agua y contaminaron los mantos acuíferos”.
Y mientras la empresa se llenó los bolsillos de oro y se larga como vil ladrón, lo que queda es desolación: manantiales envenenados, montañas abiertas en canal y comunidades condenadas al impacto minero. La tierra no solo está herida: agoniza, mientras quienes la defienden luchan por sus últimos latidos.

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