Entre 670 y 2 mil personas perdieron la vida en la catástrofe
A las 3 de la madrugada del viernes 24 de mayo, un deslizamiento de tierra sepultó a los habitantes y los hogares de una zona rural de Papúa Nueva Guinea. Aproximadamente 2 mil personas y 150 casas quedaron bajo tierra, en la aldea Yambil, al norte del país.
Papúa Nueva Guinea queda al norte de Australia, tiene una población aproximada de 9 millones de personas. Yambil es una zona remota, su último censo fue hace 24 años y estimaba que tenía al menos 4 mil habitantes. Esto quiere decir que, mientras la mayoría dormía, casi la mitad del poblado quedó bajo tierra.
Ayudar al desastre de Papúa Nueva Guinea: Una misión difícil
La Organización Mundial de la Salud estima que 670 habitantes perdieron la vida, sin embargo, el Centro Nacional de Desastres estima que ya son 2 mil víctimas mortales. Gracias al poco acceso de la aldea, los sobrevivientes pasaron 3 días intentando rescatar a sus familiares con sus propios medios. Con palas, picos e incluso sus propias manos lograron rescatar a quiénes estaban en la superficie.
Un conflicto tribal retrasó la ayuda de soldados y voluntarios humanitarios. Además, la falta de electricidad y mala recepción para comunicaciones complicaron las maniobras. Fue hasta el domingo 26 de mayo cuando la primera excavadora llegó al lugar, con lo cual pudieron recuperar 6 cadáveres.
Las lluvias, la inestabilidad del terreno y la poca agua potable han complicado las obras de rescate. Por esto mismo, más de mil 250 sobrevivientes han abandonado sus hogares. Con la ayuda de ONU y el gobierno de Australia, se espera que en los siguientes días continúen las tareas de ayuda humanitaria.
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