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Toma de posesión de Claudia Sheinbaum desde fuera de San Lázaro

Así se vivió la toma de posesión de Claudia Sheinbaum desde fuera de San Lázaro
Ruido en la Red

A pesar del viento, el frío y la incomodidad, simpatizantes de la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente López Obrador, se hicieron presentes en las afueras de San Lázaro durante su toma de posesión

Compañía, nostalgia, tristeza y orgullo son algunas de las emociones que simpatizantes de la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresaban en las afueras del Palacio Legislativo de San Lázaro el día que tomó posesión del cargo.

Mientras finalizaban los preparativos en el recinto legislativo, desde las primeras horas del día cientos de personas se encontraban fuera de las instalaciones esperando la llegada de la presidenta; algunos se mantuvieron de pie por horas, otros optaron por confiar en el pavimento e incluso iban preparados con sus propios asientos.

Sin importar la poca comodidad de las calles, las personas se mantuvieron alerta y enérgicas; el objetivo en común era claro, expresar su apoyo no sólo a Claudia Sheinbaum sino al ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Nos enseñó a no rendirnos, a seguir luchando por nuestros sueños. Yo grito y disfruto de estar aquí, pero también a la vez estoy triste porque se va un gran líder»

simpatizante
Entre carteles y porras, simpatizantes asisten a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum; así se vivió afuera de San Lázaro
Ig: @ruidoenlared

Entre porras y cantos las personas que aguardaban en las filas recibían a quienes llegaban desde el transporte público para sumárseles; direccionados por elementos de seguridad, se concentraron en una fila que se extendía por la avenida Eduardo Molina.

«Gracias AMLO«, «Bienvenida presidenta Claudia Sheinbaum» y «Claudia estamos unidos porque Tlaxcala sí existe» son algunos de los mensajes que se leen en carteles y pancartas que las personas sostienen y muestran durante su paso por las calles.

El clima no parece ser un obstáculo; a pesar del viento y el frío algunos de ellos declaran que sin importar las condiciones «estaremos firmes en espera de la llegada de la presidenta», así lo expresó Carlos de 73 años quien se mantuvo sobre el filo de una banqueta por al menos tres horas portando con su mano derecha en alto un muñeco de peluche de López Obrador.

San Lázaro se rodeó de simpatizantes

Eduardo Molina no fue la única avenida que presenció la asistencia de las personas que apoyaban y querían ver a la presidenta; desde avenida Congreso de la Unión decenas de personas esperaban en las puertas de sus hogares el paso de los automóviles en los que llegarían Claudia Sheinbaum y López Obrador.

Incluso algunos aprovecharon el cierre de la avenida para acercarse a la reja de las vías del Metro de la Ciudad de México que dividía su paso con la entrada principal del recinto legislativo.

Un par de horas después con matracas, cornetas, pirotecnia y cantos, celebraban la toma de posesión:

¡Es un honor estar con Claudia hoy!, ¡No nos falles Claudia!»

No fue hasta que la presidenta Claudia Sheinbaum abandonó el recinto que las personas se retiraron del lugar a paso lento; las consignas y coreos se mantuvieron por algunos minutos más hasta que poco a poco la avenida Congreso de la Unión se vació.

A pesar de la retirada, la bandera de México fue ondeada por Javier de 47 años por al menos tres minutos al centro de las personas que se mantenían frente a la reja.

La prensa también se hizo presente

A pesar de que la avenida Eduardo Molina y Congreso de la Unión parecieran abarrotadas por simpatizantes morenistas, una buena parte de quienes se encontraban ahí eran corresponsales de los medios de comunicación; tripies, motocicletas, cámaras y micrófonos se paseaban a lo largo y ancho de las entradas de San Lázaro.

Desde narraciones de lo que sucedía hasta entrevistas con los asistentes, la prensa se acercaba a las personas para capturar qué llevaban, de dónde venían, desde qué hora estaban en la fila, por qué estaban ahí y cuáles eran sus planes para el resto del día; las declaraciones armonizaban entre sí.

La nueva generación de periodistas se hizo notar; con equipo «sencillo», menos ostentoso e incluso más cómodo los rostros de jóvenes destacaron entre la prensa. Algunos por su propia cuenta colocaron tripies para grabarse a sí mismos y narrar lo que acontecía, otros optaron por narrar mientras caminaban entre las personas y otros más mientras trabajaban, se sumaban a las porras y cantos.

Al igual que una parte de los simpatizantes tras la toma de posesión comenzaron a retirarse, algunos con el mismo destino; el Zócalo capitalino, pues la cobertura del discurso de la presidenta electa que iniciaría a las 4:00 de la tarde también les esperaría.

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