El cambio climático y la crisis energética llevan al colapso social. El investigador Jem Bendell propone alternativas para hacerle frente
Los efectos del cambio climático y la crisis enrgética en el mundo terminarán por colapsar las sociedades, de acuerdo con el académico británico Jem Bendell. Y es inevitable, explica en su libro Breaking to gether (en español, Cayendo juntos, una respuesta compasiva y ecolibertaria al colapso). Pero, propone, aceptar «esta dura realidad» para cosntruir futuros solidarios y compasivos en comunidad, explica en entrevista con Ruido en la Red el doctor en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Iztapalapa, Iván González Márquez.
El académico de sostenibilidad en la Universidad de Cumbria, Inglaterra, ha advertido -desde 2018- sobre las consecuencias del cambio climático son irreversibles y van en aumento. ¿De qué consecuencias habla? El incremento en la temperatura; el planeta ya rebasó el 1.5 grados que quería evitarse desde 2019; o la crisis alimentaria, por ejemplo.
Aunque, el país debería estar pasando por el fenómeno metereológico de «La niña» un momento más fresco a nivel global), «estamos rompiendo récords de máximas temperaturas», advierteIván González.
Aunque medios de comunicación han tachado su idea de extinción como «fatalista», en realidad hay quienes se «dan cuenta de lo grave de la situación que realmente es una emergencia». Tal es el caso del movimiento “Rebelión contra la extinción«(Extinction Rebellion) explica el también maestro en Ciencias Antropológicas por la misma universidad.
El investigador Iván González pone sobre la mesa el principal problema: «el rebasamiento de la biocapacidad». González Márquez explica el termino: Los humanos se sostienen de materia y energía obtenidos de la naturaleza, pero el consumo «ha crecido tanto que ya hemos rebasado lo que los ecosistemas a nivel global pueden producir de manera sostenible».
Estamos en la situación de -por primera vez en la historia- de un colapso global»
Los recursos naturales se agotan gracias a la sobreexplotación de la sociedad industrializada. El ambietalista menciona la crisis de combustibles fósiles, en particular el diésel. «Estamos muy próximos a que sintamos colectivamente un estrés en la economía» por ser el sostén de la «economía real». Estos combustibles sostienen la minería, gran parte de la agricultura industrializada y los transportes de larga distancia.
«Los umbrales de precio del diésel van a marcar unos límites que amenazan con desestabilizar todas las cadenas de suministro no solo directamente la energía, sino los alimentos» o de agua, como el caso de México, explica.
Pero eso no es todo, la población también produce desechos (microplásticos, agroqímicos, entre otros), los cuales contaminan y producen gases de efecto invernadero. Lo cual desestabiliza «los mecanismos de autoregulación de la biosfera».
A estos efectos, Jem Bendell -autor del artículo «Adaptación profunda»– le llama «colapso de la sociedad industrializada global», apunta González Márquez, especialista en crisis civilizatoria.
No es algo que va a ocurrir de la noche a la mañana es un proceso, de acuerdo con con él ya comenzó. Durará, varias décadas, durará buena parte de este siglo. Pero no significa que sea el acabose de todo»
Iván González
Transición energética, falsa solución para frenar cambio climático
Los Estados, empresas y medios de comunicación proponen «falsas soluciones» para hacer frente al colapso ecosocial, observa Iván González. La transición a energías renovables es una de esas falacias. Y es que la creación de paneles solares, la electrificación del transporte no «van a tener la capacidad de sustituir el petróleo. Tampoco lo vamos a poder hacer a tiempo para detener el cambio climático».
Muchas de estas falsas soluciones obedecen a la lógica de querer lucrar con con la crisis»
Iván González
Las empresas buscan vender aparatos nuevos a escála doméstica hasta venderle a un país entero agrogeneradores o promesas de la solución tecnológica. Las cuales sólo conducen al mismo destino de destrucción del medioambiente. «Es como si estuviéramos en un edificio en llamas; suena la alarma y es muy importante que el valioso tiempo que tenemos para reaccionar en esta emergencia, no lo gastemos en una falsa salida en algo que no va a resolver el problema de fondo».
Otra de las creencias que hay en algunas perspectivas colapsistas es plantear la solución de «que el mundo estaría mejor si los humanos» pues es la humanidad quien ha provocado este problema, señala el exfuncionario de la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales.
Pero, ha habido sociedades capaces de «ser sostenibles, también tener un impacto en los ecosistemas» con el objetivo de adaptarse y sobrevivir de manera colectiva.
¿Cómo podemos satisfacer más necesidades básicas con menor consumo de recursos y menor producción de desechos? Esa es la pregunta crucial de nuestros tiempos»
Iván González
Colectividad, respuesta al colapso ecosocial
Hablar desde la responsabilidad ética sobre la emergencia que vive el mundo es una de las formas para el actuar colectivo, dice el licenciado en psicología Iván González. También, añade, es una cuestión, de amor y cuidado enfrentar la realidad para que las personas puedan procesar esta crisis.
El mensaje difundido por medios de comuicación ha sido el de no dar estas malas noticias porque la gente podría deprimirse y no hacer nada. Pero desde la perspectiva de Jem Bendell, cuando las personas se dan cuenta de los efectos en la humaidad de la crisis, se movilizan.
Son malas noticias, ciertamente este que no podemos seguir ignorando, que no podemos hacer como si nada estuviera pasando y seguir con nuestra vida normal»
Iván González
El movimiento «Rebelión contra la extinción» propone dos acciones más: actuar ahora y realizar asambleas ciudadanas, abriri la conversación con más personas. Por ello, Iván González invita a quienes muestren interés en el tema a ir a la charla que Jem Bendell en CDMX. Se llevará a cabo en el Huerto Roma Verde el jueves 10 de octubre a las 6:00 de la tarde.
Una alternativa para hacer frente al colapso civilizatorio es cuidar la vida de las comunidades, de los ecosstemas; fortalecer las economías locales con bajo consumo de energía, con métodos regenerativos en lo ecológico en el marco de una economía solidaria, finaliza Iván González.
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