Al menos dos mil personas han tenido que abandonar sus hogares por la violencia que provocan los enfrentamientos entre cárteles en la sierra Huajicori, Nayarit
La violencia que provocan los enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CS) es la causante del desplazamiento forzado de miles de personas de comunidades de la sierra Huajicori, Nayarit.
Al menos dos mil personas de distintas comunidades ya abandonaron su hogar, de acuerdo con el medio El Debate, principalmente del pueblo o´dam.
La activista local Elisa Aragón declaró para Aristegui Noticias que al menos 57 familias llegaron a la cabecera municipal a principios de octubre en busca de seguridad.
Algunas de las comunidades de donde provienen son Santa María de Picachos y El Riíto.
Cabe mencionar que en Huajicori habitan 170 comunidades rurales, entre las cuales de distribuyen aproximadamente 12 mil 230 habitantes.
Uno de los hechos violentos más recientes fue el del 12 de noviembre cuando in enfrentamiento entre ambos grupos criminales dejó un saldo de 11 personas sin vida, de acuerdo con autoridades locales.
A pesar de que tras este enfrentamiento se intensificó la presencia de autoridades estatales y municipales, los reportes de personas desplazadas y la violencia continúan afectando a las comunidades.
Por estos hechos el cierre temporal de escuelas y comercios es cada vez más común en la región.
Entregas de despensas a familias desplazadas
A pesar de que cuando se dieron a conocer los primeros reportes del desplazamiento en la región el gobierno estatal no los reconoció públicamente, desde mediados de septiembre realiza entregas de despensas a comunidades como la del ejido de San Andrés Milpillas.
Dicha entrega se realiza a través del Sistema DIF con el Programa de Alimentación para el Bienestar.
Sin embargo, decenas de personas se encuentran habitando en los pasillos de la cabecera municipal; de acuerdo con la activista Elisa Aragón, el alcalde Sergio Rangel Cervantes aún no les brinda respuesta para una reunión.
En sus casas tenían maíz, calabazas, gallinas, todo lo que consumían y ahora, la vida se les ha hecho cara porque no tienen empleo y no pueden conseguir los alimentos».
Elisa Aragón
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