El papa León XIV nombra al primer santo millenial llamado Carlo Acutis, que representa un puente entre la fe y la era digital
El siete de septiembre de 2025, el Papa León XIV canonizó a Carlo Acutis en una ceremonia multitudinaria en la Plaza de San Pedro, convirtiéndolo en el primer santo millenial de la Iglesia católica. Con apenas 15 años, Carlo falleció en 2006 a causa de una leucemia fulminante, pero su legado espiritual y digital ha trascendido generaciones.
Carlo fue apodado “el influencer de Dios” y “el ciberapóstol” por su uso creativo de la tecnología para evangelizar. Entre sus aportes más destacados:
- Creó una exposición digital sobre más de 130 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia, disponible en varios idiomas y aún activa en línea.
- Diseñó sitios web para su parroquia, iniciativas solidarias y la Academia Pontificia Cultorum Martyrum.
- Limitaba su tiempo en videojuegos a una hora por semana, priorizando la oración y la vida espiritual.

¿Quién fue Carlo Acutis?
Nació en Londres el 3 de mayo de 1991 y creció en Milán, Italia. Desde niño mostró una profunda devoción religiosa y una pasión por la informática. A los 7 años recibió la Primera Comunión y desde entonces asistía a misa diaria y practicaba la adoración eucarística. Falleció el 12 de octubre de 2006 por leucemia tipo M3, una de las más agresivas.
La canonización fue posible tras el reconocimiento de dos milagros, ambos casos fueron considerados científicamente inexplicables por el Vaticano.:
- Brasil (2013): Un niño con malformación pancreática se curó tras tocar una reliquia de Carlo.
- Costa Rica (2022): Una joven se recuperó de un traumatismo craneoencefálico luego de que su madre rezara ante la tumba de Carlo en Asís.

Iglesias dedicadas a Carlo
La primera iglesia dedicada a él se encuentra en São Paulo, Brasil, inaugurada en 2023, también hay templos en Londres y otras ciudades que celebran su vida y obra.
De acuerdo con el vaticano Carlo Acutis representa una nueva forma de santidad cercana, moderna y profundamente conectada con los desafíos espirituales de la era digital. Su historia no solo inspira a jóvenes creyentes, sino que redefine el papel de la fe en el siglo XXI.

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