¿En que se relacionan las supersticiones hacia los animales de color negro con el especismo y el racismo?: «Sacrificios de Día de Muertos»
La frontera entre humanidad y animalidad se usa a conveniencia y ha servido para justificar la violencia y actos de desprecio hacia otros seres, por ejemplo, los sacrificios de animales de color negro en temporada de Día de Muertos que vienen desde el especismo y el racismo.
Este afán del ser humano por posicionarse a la fuerza por encima de quien sea, aún cuando no hay motivos sólidos que justifiquen que a nuestra especie se le permita “mandar” sobre las demás, es incongruente.
Nuestra existencia y las de los animales está entrelazada. Nuestros juicios y prejuicios son lo único que nos separa.
Incluir a los grupos vulnerables de humanos que por mucho tiempo han sido excluidos, aumenta las posibilidades de que también mejore nuestra convivencia con los animales.
El reto sobre la interacción con los animales, es poder captar que la complejidad de sus diferencias, y de sus semejanzas, sólo aporta a la variedad de formas de vida y de existencia. No hay necesidad de que entren en una categoría para que se les brinde respeto. Porque su vida misma ya los hace merecedores de poder vivirla.
Difuminar la frontera entre los animales y los humanos, ayudará a que la relación deje de ser unilateral. Y a que se deje de pensar que no tienen voz, porque simplemente esta no ha sido escuchada, ni tomada en cuenta.
¿Qué tiene que ver el racismo, la esclavitud y la opresión con que en Día de Muertos los animales de color negro se conviertan en víctimas de rituales violentos?
En el libro “Humanimales” de Marta Segarra, se plantea que el humano inherentemente traslada sus dinámicas de convivencia ya sean “buenas o malas” a espacios con cualquier ser vivo con el que se pueda interactuar.
Es decir, si en la esfera humana se práctica el racismo, sexismo, desigualdad y tortura en automático se trasladará hacia la esfera animal. Y el ejemplo perfecto, es como a los animales de diferentes especies de color negro, se les señala como “malos”. Y se les rodea de supersticiones y rechazo. El racismo es una construcción basada en la idea de la dualidad y el especismo.
No entender que el racismo y el especismo están conectados, no solo limita nuestra capacidad de luchar contra ambos. Sino, que refuerza las raíces de la violencia estructural y sistemática que gobiernan las sociedades humanas.
En el libro también se plantea que cuando el humano mira a los animales: o los humaniza, o los bestializa.
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