La mujer de 66 años murió en compañía de sus seres queridos
«Hoy quiero que sepan que todos tenemos derecho a acceder (a una muerte digna)… ya saben que no tienen que sufrir ni hacer sufrir a su familia (…) me voy contenta porque cumplí parte de mis sueños y dejaré legado a mis dos hijos maravillosos». Estas fueron las últimas palabras de María Benito, de Perú, quién logró morir con dignidad a sus 66 años.
María Benito era una mujer que desde hace 10 años sufría una enfermedad crónico degenerativa, esclerosis lateral amiotrófica. Este padecimiento afecta a solo cuatro de cada 100 mil personas y provoca parálisis corporal. Ellas perdió la movilidad poco a poco, hasta quedar postrada en cama sin la capacidad de hablar, por lo que se comunicaba con un rastreador ocular. «He tratado de no pelear con la enfermedad. Tuve que aprender a aceptar lo que me tocó», declaró a los medios.
En cama, su cuerpo estaba conectado a tres conductos, los cuales le permitían comer alimentos licuados y orinar. A sus piernas, tenía una laptop por la cual se comunicaba, escuchaba música y veía telenovelas, ya que María estaba plenamente consciente de su situación y todo lo que la rodeaba.
¿Por qué las leyes de Perú impedían la muerte de María Benito?
Este año, María Benito tenía un deseo para su cumpleaños 66, el cual fue el pasado 23 de febrero: Ya no seguir con su tratamiento y morir con dignidad. Sin embargo, la justicia en Perú defiende el «derecho» a la vida en todas sus formas: Desde el aborto hasta la eutanasia. Su familia consideró llevarla a Suiza, donde está legalizado, pero la abogada Josefina Miró Quesada los ayudó a cumplir su deseo en su mismo país.
Después de una batalla legal, donde a María no se le suministro algún método de eutanasia como una inyección letal, más bien, se le dio su derecho de dejar el tratamiento médico, Benito pudo morir. Aunque hubo personal médico que se negó, la familia y abogada lograron este acto histórico el pasado 5 de mayo.
«Hoy quiero que sepan que todos tenemos derecho a escoger esto. Nadie sabe qué pasará en la vejez, pero ya saben que no tiene que sufrir ni hacer sufrir a su familia. Yo amo la vida, pero en estas condiciones no«, escribió María en su última carta.
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